Desde los inicios de la historia, la lectura y la
escritura han constituido los principales medios de comunicación, un medio
compuesto de signos y códigos que han
ayudado al hombre a expresarse y trascender en la historia. La escritura es
universal, todas las culturas desde tiempos remotos han usado algún tipo de
escritura para comunicarse o dejar huella a otras generaciones con sus
escritos. Algunos científicos plantean
la hipótesis que la escritura es
genéticamente heredada, ya que todos los seres humanos han tenido alguna forma
de escritura desde sus inicios hasta la actualidad. Lo cierto es que la
escritura es propia del ser humano y es uno de sus más grandes logros.
La Educación básica regular tiene como base del
aprendizaje al proceso de lectoescritura, este se inicia desde el preescolar, con el aprestamiento de los
pequeños en busca del desarrollo de sus capacidades visomotrices,
discriminativas y de coordinación. El proceso de adquisición de la escritura, y
más específicamente el acto de escribir o la escritura manual, implica el
desarrollo de la motricidad fina, percepción de formas y tamaños, precisión y
velocidad. Este proceso de adquisición de la escritura tiene una correlación
con partes específicas del cerebro y permite a los niños el
desarrollo intelectual a través del ejercicio constante en esta actividad. La
escritura es un proceso que requiere la maduración y práctica para lograr la
fluidez y velocidad, que la escuela exige, por lo tanto es una aptitud que
requiere entrenamiento para llegar a ser una habilidad, en donde se encuentran
grandes diferencias y dificultades entre los alumnos, por tanto este proceso de
aprendizaje es único en cada persona.
En la actualidad, la escritura manual ha disminuido
notablemente, si nos ponemos a pensar detalladamente cuando ha sido la última
vez que hemos escrito, que tomamos un lápiz y un papel y plasmamos en una hoja lo
primero que se nos viene a la cabeza, podríamos pasar mucho rato recordándolo,
y si por el contrario tratamos de recordar cuando fue la última vez que
escribimos en el teclado, ya sea en la PC, Tablet, móviles etc. Sería mucho
fácil recordarlo, esto resulta muy interesante al hacer una comparación entre
estas dos formas de escribir y que tanto utilizamos una y no la otra pero sobre
todo por qué lo hacemos.
Los niños tienen libre acceso a la tecnología, cada
vez en etapas más tempranas, la
escritura manual se usa solo en contadas ocasiones incluso hay programas
escolares que fomentan su uso ya que la mayor parte de trabajos escolares se
presentan tipeados, haciendo un abuso de la tecnología. Así como el congresista
de Carolina del Norte en EEUU, Pat Hurley, que redactó un proyecto de ley que
obliga a las escuelas primarias del Estado a enseñar la escritura en cursiva. Esta
propuesta tuvo una férrea oposición por parte de Jeffrey Reaser, profesor
adjunto de lingüística en la Universidad Estatal de Carolina del Norte, quien
expresa que la sensación de nostalgia no es razón suficiente para obligar a los
estudiantes a aprender algo que “no es crucial para su educación”. Como es
obvio los estudiantes pueden reflexionar sobre la real utilidad de escribir
manualmente, la tecnología esta puesta a favor de ellos que fácilmente usan un
corrector ortográfico y opciones que facilitan escribir.
Un último debate se ha puesto de moda, es acerca de la
posible desaparición de la escritura manual ¿Será posible esto? Para la
escritora Kitty Burns Florey, autora del libro “Caligrafía y garabatos: auge y
caída de la escritura a mano”, el arte de escribir con lápiz o bolígrafo va en
descenso. Tan rápido que quizás en un siglo nuestros escritos sean descifrables
sólo por especialistas. Los estudiantes no encuentran el placer de escribir a
mano, no aprecian la particularidad que se encuentra en una caligrafía propia y
única, como es escribir una nota personal, un poema o una firma, que dice mucho
de cada persona, es algo que debemos valorar y no tratar de perder aunque la tecnología
invada nuestras vidas y no sea notoria
de toda la historia y relevancia que implica escribir.
Los beneficios que genera la escritura son diversos, como
lo sostiene el psiquiatra Manfred Spitzer,
“la escritura manual es primordial para el desarrollo de la coordinación
y las habilidades manuales y su práctica diaria es importante para la actividad
cerebral”. Por otro lado recientes experimentos ilustran cómo la caligrafía
involucra al cerebro en el proceso de aprendizaje. Durante un estudio en la
Universidad de Indiana, los investigadores invitaron a varios niños a que se
subieran a una "nave espacial", en realidad un escáner de MRI
especializado en detectar la actividad neuronal en los cerebros. Una vez
dentro, les mostraban diferentes letras antes y después de darles diversas
instrucciones de aprendizaje de letras. En los niños que tenían experiencia
escribiendo a mano, la actividad neuronal era mucho más destacada que en
aquellos que simplemente habían mirado las letras. "Parece que hay algo
realmente importante en la manipulación manual y el dibujo de cosas
bidimensionales que vemos todo el tiempo", dice Karin Harman James,
profesora asistente de psicología y neurociencia de la Universidad de Indiana y
directora del estudio.
La escritura
manual está involucionando y eso nadie lo puede negar, no sabemos si
desaparecerá o no, y en cuanto tiempo será, lo que sí sabemos es de la
increíble invención del hombre está en peligro, la escritura implica el
desarrollo del intelecto así como plasmar parte de la personalidad en los
trazos, la sublimidad de escribir a mano, los sentimientos y las emociones que se
pueden expresar a través de ella son
sorprendentes. Aunque no podemos dejar
de lado los avances tecnológicos, así como la escritura manual desarrolla
muchas capacidades en los niños, los avances puestos al servicio de la
Educación también generan desarrollo de habilidades cognitivas en los niños,
también se puede señalar el uso de lápices ópticos y tabletas visuales que
mezclan algo de estas dos formas de escritura. Quizás sea hora de evolucionar o
quizás se evolucione a la fuerza, ya el tiempo lo dirá y la historia lo
secundara.